Foto de Ignacio

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Ignacio mismo

viernes, 16 de octubre de 2015

Una cartografía que lleva a otra...

Cuando alcancé la jefatura de la sección de Documentación Gráfica y Archivo técnico heredé la gestión de los fondos documentales gráficos -y entre ellos cartográficos- de EMASESA, tanto los contemporáneos como los antiguos/históricos. A partir de ahí me propuse como reto su difusión y democratización. La cartografía al alcance de todos, ya sea como base para estudios, para trabajos de índole estrictamente técnica, para sedientos de cultura o sencillamente para inspirar, enmarcados en un despacho o habitación particular.

Aunque en EMASESA no estamos afectados en el marco de la directiva INSPIRE por no pertenecer a la administración general sí estamos persuadidos de su iniciativa y estamos trabajando en ello. Al margen de leyes europeas nos conmueve la idea de la difusión cultural del patrimonio gráfico y en esto mi empresa tiene mucho que decir. Contamos con unos fondos cuyo abanico cronológico alcanza desde finales del siglo XVIII hasta nuestros días, con una temática centrada en el abastecimiento y saneamiento de la ciudad de Sevilla, pero también en todo lo que le acompaña. Es por lo que estos fondos nos ofrecen una visión de la población muy interesante, en cuanto a su crecimiento urbano y, como no, en su evolución para abastecer de agua a sus moradores.

Como primeros pasos empezamos a catalogar e inventariar de forma masiva, colaborando con los compañeros del Instituto  de Estadística y Cartografía de Andalucía (IECA) para conseguir una catalogación que más adelante pudiéramos -mediante una plataforma adecuada- transformar a formato MARC21. Del inventario original, que solo contenía títulos y números de orden- pasamos a un catálogo de registros cuya cantidad de campos se habían ampliado hasta alcanzar todas las características asociadas a la pieza. Actualmente, aunque mantenemos la estructura original, hemos pasado los datos al sistema de información corporativo de EMASESA y ya está al alcance de todos los usuarios de la empresa. Cada rollo/libro que abríamos al catalogar -y seguimos abriendo- era una incógnita, sentíamos la percepción de encontrar en cada grupo de planos una verdadera joya, como el esquema de redes de la ciudad de Sevilla datado entre 1870 y 1873.
Detalle del plano de Esquemas de redes de suministro. [ca. 1873].
En nuestro viaje fue imprescindible hacer parada y fonda en la conservación de las obras originales. Para ello contamos con la ayuda de los conservadores del Museo de Artes y Costumbres Populares de Sevilla, con la Cartoteca de la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB), con la Biblioteca Nacional de España (BNE), conversando con Carmen Prieto del Archivo do Reino do Galicia y con la inestimable ayuda de Margarita Payàs de Arte y Memoria.
Algunas obras están conservadas -tras una limpieza estándar- extendidas y aplanadas en poliéster de conservación tipo Mylar, plegadas en carpetas especiales y otras se mantienen enrolladas en cajas de cartón neutro separadas con papel libre de ácido para evitar el contacto entre diferentes materiales.


Laura Olivero e Ignacio Rivero conservando original extendido en poliéster.


Para la preservación de las imágenes digitales y la digitalización de las piezas contamos con la ayuda de Marta Gil de la UAB, consultamos la normativa de la BNE y el Consorcio de Bibliotecas Universitarias de Cataluña y sobre todo tuvimos el soporte de Carme Montaner y Rafael Roset del Instituto Cartográfico y Geológico de Cataluña (ICGC). Desde aquí les agradezco infinito su dedicación desinteresada y su apoyo profesional de un valor magnífico.
Para las digitalizaciones hemos contratado con empresas líderes como VINFRA o SCANEA2, cuyas imágenes sirven hoy para nuestro uso, el del IECA y el de todos los ciudadanos.
Por nuestra parte también hemos digitalizado en nuestras oficinas piezas de fácil manejo y baja dificultad de escaneado. También otras de un valor histórico menor del siglo XX y a partir de la década de los 60-70.

Plano Caños de Carmona. F. Buendía, 1765. Grabado. Digitalizado en nuestras oficinas. Biblioteca de EMASESA.
De los archivos resultantes al escanear sacamos un máster de preservación en  formato TIFF neutro, un archivo de consulta en JPG y un archivo de trabajo en PDF, estos dos últimos con marca de agua. Toda esta información está guardada en los servidores de la empresa con sus copias de seguridad.
Para la difusión de las imágenes digitales se redactó una licencia de uso no comercial basándonos en la plantilla del Instituto Geográfico Nacional (IGN) y aprobada por la asesoría jurídica de EMASESA. Esto nos permite distribuir las imágenes a los ciudadanos que las soliciten bajo un marco legal y llevar un control de los archivos entregados.
A día de hoy se han entregado imágenes para estudios, tesis, libros y aficiones particulares entre otros.

Desde el principio fui consciente de que para mi acertado propósito en la difusión hay que tener en cuenta que una colección cartográfica no existe si no se conoce. Para ello acudimos a la asociación de cartotecas públicas hispano-lusas (IBERCARTO) y expusimos nuestro proyecto en la Universidad de Valencia ante los principales responsables de fondos cartográficos de la península, recibiendo las felicitaciones de archivos estatales y organismos de alta importancia en el sector. Posteriormente asistí como oyente a las ediciones de la asociación en Santander y Madrid, aprendiendo una experiencia maravillosa y contactando con verdaderas eminencias en el mundo de la cartografía.

Exposición proyecto de Catalogación de EMASESA en la IV edición de IBERCARTO en Valencia.

Desde el año 2012 EMASESA es miembro de IBERCARTO y aparecemos en su directorio como cartoteca pública asociada. En su próximo evento (Barcelona, octubre 2016) estaremos presentes para continuar con la labor de la asociación.



Edición VI de IBERCARTO en Madrid. Octubre 2014.


Y fui más allá. Teníamos que presentarnos oficialmente a la ciudad de Sevilla. Teníamos que gritar "estamos aquí, tenemos cultura cartográfica para difundir". Así que conociendo la exposición itinerante del IECA titulada "Andalucía, la imagen cartográfica" les propuse completarla con nuestros fondos en las galerías de exposición de EMASESA, en su sede central. Una cartografía llevó a la otra y con el derroche de paciencia y amabilidad que nos prestaron genios como Isabel López-Fando, Joaquín Cortés o Antonio Fajardo entre otros, creamos la exposición "Andalucía, la imagen cartográfica. Sevilla, agua y ciudad". Bajo el guión histórico de Fernando Olmedo y la batuta de diseño de Sara González. Finalmente y en un derroche de recursos de EMASESA la exposición quedó fantástica, con una afluencia de 2500 visitantes y una conferencia en la que nos acompañó el insigne doctor en historia Manuel Fernández Cháves.





Se hicieron visitas guiadas a grupos de institutos, distritos municipales, asociaciones diversas y a particulares, y alguna hubo que pronunciarla en inglés. A los visitantes se les aportó documentación sobre la exposición y sobre los fondos documentales de EMASESA, además de la botella de agua promocionando el 40/50 aniversario de la compañía.




En las conferencias hubo lleno completo en el salón de actos de la sede central de EMASESA, y para un jueves por la tarde, día laboral, tuvo mucho mérito. Fue un privilegio que me acompañaran en la mesa Manuel Fernández Cháves, Pedro Antonio Arévalo, Joaquín cortés y Fernando Olmedo. Se habló de la historia de los Caños de Carmona, de la imagen cartográfica en Andalucía, de los símbolos del agua en los mapas y de los fondos históricos de la empresa de aguas de Sevilla.
El evento tuvo repercusión en la prensa local como El Diario de Sevilla y nacional como ABC y La Razón. También tuvimos un pequeño espacio en televisiones locales y en Canal Sur Radio. Hubo visitantes de relevancia como el entonces alcalde de Sevilla y el actual de hoy en día, Juan Espadas Cejas.

También tuvimos la suerte de contar con Francisco Mantecón, director del Museo de Alcalá de Guadaíra, entre los asistentes a la exposición. Tras conversaciones animadas y siempre desde el prisma de la difusión cartográfica, nos propuso colaborar y coordinar una nueva exposición en su museo.






Así que una cartografía llevó a otra y con la experiencia asumida en el evento anterior volvimos a exponer en un escenario distinto y con una temática orientada al suministro de agua de manantial desde los Alcores a la ciudad de Sevilla.
La inauguración contó con numerosos asistentes, entre ellos el excelentísimo alcalde de Alcalá, Antonio Gutierrez Limones, Pedro Antonio Arévalo y Guillermo Rodríguez, que asistió con nosotros a la visita guiada que les hice por la recién estrenada exposición cartográfica.


También asistieron los miembros de Espiral Patrimonio, empresa que estaba inmersa en el proyecto del audiovisual de Alcalá de Guadaíra para el Plan Urban y tras ver mi explicación de las obras expuestas me pidieron hacer una entrevista para el documental, versada en manantiales, el agua que abastecía a Sevilla y la estación de bombeo de Adufe Bajo. 
Finalmente, una cartografía lleva a otra, y con la información que los compañeros de la Sociedad Espeleológica GEOS, completamos un vídeo que ha quedado realmente bien.




https://www.youtube.com/watch?v=_nSh2Wt2cUs

En el estreno del audiovisual que se proyectó en el teatro Gutierrez de Alba de Alcalá de Guadaíra, asistió el alcalde de la población, El Lebrijano, Francisco Mantecón y Francisco Rivero Nieto, entre otros. Tras la inauguración estuve hablando con Genaro de GEOS, que me propuso impulsar la investigación de las galerías subterráneas que recorren la población de los alcores, con la colaboración del Museo de Alcalá de Guadaíra y EMASESA aportando su información gráfica y medios propios. Y acostumbrado a que una cartografía lleve a otra me temo que pronto estaré en un nuevo e ilusionante proyecto.

Siguiendo esta estela tuvimos la suerte de compartir la importancia de la cartografía y del agua en una entrevista de RTVE en la que participé junto a Manuel Fernández Chaves y Ana Alonso Megías, unos minutos de difusión a nivel nacional (minutos 12 al 15)

https://www.rtve.es/m/alacarta/videos/noticias-andalucia/noticias-andalucia-26-08-2017/4179421/?media=tve

Antes de terminar quiero rendir tributo con un guiño a las compañeras que amparadas en becas de la Universidad de Sevilla y de la Universidad Pablo de Olavide ayudaron con todo el ímpetu de su juventud y de sus ansias de aprender en este proyecto tan ilusionante. Gracias a Ana María Prados, Mariam Ortiz, Noelia Ruzzante, Estefanía Martínez Quintana, Laura Olivero Zabala y Clara Jiménez.

También un importante y cariñoso agradecimiento a Dulce Ramírez y Josefina Revilla, compañeras del departamento de Organización, verdaderos motores de la catalogación y gestión documental de los archivos de EMASESA.

Sigo trabajando junto a mis compañeros para que un nuevo grano de arena permita que la cartografía esté al alcance de todos los ciudadanos. Por el momento os adelanto que uno de los fondos documentales llamado Cartoteca Histórica de EMASESA, unos 450 planos y mapas, va a ser digitalizado, por lo que pronto estará disponible su difusión.

jueves, 30 de julio de 2015

La cara y la cruz de las mañanas

Cada mañana recorro la distancia desde el Prado de San Sebastián hasta la plaza Jerónimo de Córdoba en bici, sí en aquellas bicicletas del Ayuntamiento. Nada más salir a la calle me saluda una brisa fresca que anuncia un buen día, y debe serlo ante la posibilidad de firmar un nuevo contrato de ascenso.
Cuando llego a la parada de bicicletas en seguida veo el guiño de la que usaré, aparcada en el número uno, no le faltan la cadena ni pedales e incluso el sillín está perfecto para mi estatura. Todo va bien, como cabe esperar en un día como este. Así que selecciono en mi MP3 la melodía de J’y Suis Jamais Alle y comienzo a volar encima de mi bicicleta, tan suave tan ideal que mi humor va refrescándose como la mañana.

Como todos los días a esta hora me voy cruzando en la ruta con otros ciclistas. Es entonces cuando, como Jaroslav Smoljak en Verdún, voy inventando historias para ellos, que de verlos cada mañana una y otra vez se me hace extraño no conocerlos.

Como la pareja de ancianos orientales, él conduce y ella va sentada detrás en el trasportín, cruzada de lado con las piernas hacia la izquierda de la bici. Zhou y Hai se conocieron de niños en su China natal, cuando a él la enfermedad de sus piernas le impidió asistir al colegio. Fue entonces cuando Hai con tan solo 8 años llegó a casa de su compañero con la bicicleta de su padre, entró a través del patio y descubrió a un Zhou abatido en una silla, mirando con frustración sus extremidades inferiores. Nadie habló entonces, solo aquella niña delgada y de mirada tierna ayudó a su amado Zhou a montar en el asiento de atrás y con un esfuerzo tremendo impulsó con cada pedalada el cuerpo de su amigo. Nadie impidió ni aplaudió el gesto, solo el abuelo Yi incidió en aquella frase de “es de sentido común que el mar lleve al barco hasta el muelle”. Todas las mañanas Hai pasaba por casa de Zhou con la bicicleta y lo montaba con extremo cariño, devolviéndolo después de clases al patio de su familia, durante todos los años que duró su enfermedad. Cuando emigraron a Europa consiguieron establecerse con su negocio de artículos de bazar en el barrio de Bami. Al vivir en la Macarena cruzan en bicicleta la gran distancia a diario, pero ahora Zhou es quien pedalea para Hai.

Ahora me cruzo con una pareja que siempre está de pie en la esquina del restaurante Becerrita, imagino otra vez nombres para ellos, Susana y Antonio. Antonio está enamorado de Susana desde que la vio por primera vez. Ambos esperan que sus compañeros de trabajo los recojan para ir a la jornada diaria, él en una imprenta familiar, ella es administrativa en un estudio de arquitectura. Antonio siempre llega antes de la hora con la esperanza de que ella se adelante igualmente y puedan hablar más tiempo, pero Susana en su puntualidad siempre desanima al impresor Antonio. Aunque en su trabajo de imprenta todo debe estar organizado y localizado para que los procesos sean eficaces, Antonio descubre un placer nuevo cada día en desorganizar. Por eso nunca llega a la misma hora en la esquina del restaurante Becerrita, ni usa el mismo atuendo, ni usa las mismas palabras y conversaciones. Susana sin embargo es una maniática del orden en casa, la ropa de invierno y la de verano no pueden mezclarse, los detergentes siempre en el mueble justo encima del microondas y le incomoda mucho que las tazas de café se empeñen en mezclarse con las de té, cuando es bien sabido que son rivales en el mundo de los desayunos y sobremesas. A Susana sus modales calculados le ayudan a mantener las distancias que el impresor se empeña en cruzar, como preguntarle por su perfume, a qué hora pone el despertador o si suele ver el canal cocina por las mañanas, porque él usa un aroma distinto cada día, el despertador lo adelanta o atrasa la noche anterior y al levantarse según le vengan en gana enciende la radio, televisión o revisa las noticias por internet. Susana se empeña en distanciarse y no quiere reconocer que la sonrisa que aflora  ahora en su cara la ha impreso Antonio.

Ya veo de lejos a Ramón, sé que es vecino de Rochelambert porque lo he visto en el barrio. Trabajaba en el café Alcázares, también lo sé porque tomé allí alguna vez mi media tostada con aceite y azúcar y mi inmutable té. No era el trabajo de su vida, por su puesto, pero tenía su encanto desde que se mudó de alquiler a la calle Regina, tan viva y con tanto bullicio de ir y venir de vecinos. A Ramón el centro de Sevilla le parece de lo más romántico, si por él fuera viviría allí toda su vida, yendo y viniendo entre las gentes, las tiendas y los bares. Por las mañanas se preparaba un café, el mejor de los que hacía en el bar para toda la jornada y con él salía a la acera a ver pasar los repartidores, viendo como Sevilla despierta entre olores y sonidos cotidianos. Ramón es un artista, pero por el momento tuvo que escoger aquel trabajo de camarero para vivir, pero qué importaba si vivía en la calle Regina. Dibujaba escenas y bodegones en servilletas de papel mientras las comandas volaban a su alrededor, comandas que él no soporta, carentes de arte y de sentido para Ramón. Pero ahora todo eso quedó atrás, ahora ha conseguido alquilar un pequeño taller en la calle Luis Montoto donde las horas frente al lienzo le dan la vida soñada. Hoy va a terminar su último cuadro, una perspectiva frontal desde la plaza de la Encarnación, centrado en el café Alcázares, donde un camarero vestido de negro sorbe un delicioso café en el despertar de Sevilla. Esta obra no es un encargo, es para él, para una de las paredes vacías de su taller.

Sonriendo en mis invenciones atravieso la Puerta Osario y entro a una velocidad de vértigo en la calle Escuelas Pías. Ni un solo semáforo ha detenido mi vuelo, no hay charcos ni basura en el camino. Hoy debe ser el día, hoy seguro que firmaré el contrato, además es viernes qué demonios, todo va a ir bien. Y mientras me animo en estos pensamientos observo como mi compañero Joaquín sale caminando del garaje. Y entonces pedaleo con más ímpetu, la bicicleta no se queja y empieza a rodar a una velocidad endiablada, deseo llegar a tiempo para, después de aparcar la bici, darle unos buenos días lleno de buenas intenciones. Lo veo en la puerta de la empresa, fumando un cigarrillo antes de entrar, voy preparando mi mejor sonrisa y pensando en el regalo que le voy a hacer al dedicarle mis mejores deseos por la mañana. Cuando me saluda Joaquín tiene el rostro plomizo, sus buenos días son carentes de expresión y mira al suelo mientras me los susurra. Y ahora caigo en su desánimo, lleva veinte años esperando un ascenso que nunca llega, un reconocimiento que no le alcanza porque alguien lo aparta de sus pensamientos como a una mosca que se empeña molestar los oídos. Nuestros rostros se han cruzado en la puerta como las dos caras de una moneda y en mi MP3, que ha avanzado hasta la mitad del disco, ahora suena Guilty.


viernes, 15 de mayo de 2015

Los gatos te están llamando mamá.

Cuando te fuiste, así tan de repente y sin aviso para estar preparados, fue tal el desgarro en el corazón, que solo podía compartir rabia y una tremenda tristeza. Y cuando tuve el deseo de escribirte, como tantas veces usando tu recuerdo, solo la desesperación llenaba el lápiz y manchaba el papel.

Escribía una frase, un párrafo y guardaba el trozo de papel. Cuando tu recuerdo me asaltaba lacerándome el ánimo, sacaba aquel trozo de celulosa y escribía algo nuevo, inspirado por tu lejanía y volvía a guardarlo como un tesoro, una prueba del dolor continuo, imparable, como un cómitre que no deja de amartillar el ritmo. Ahora el papel está relleno con distintos colores, lápices, rotuladores o bolígrafos, completando el puzle de tu ausencia. Cuando el dolor se fue amortiguando por el tiempo dejé aquellas palabras escondidas, con temor de releerlas. Pero hoy creo necesario sacarlo, porque son el reflejo de la estela que dejó tu marcha fría e inevitable.

Te he comprendido siempre muy bien y sé que no te gustaría leer estos párrafos sacados del infierno de los primeros días sin ti, pero son por ti, por la falta de ti y de tu risa, que es lo que más echo en falta, mamá.

Dejo aquí estas palabras, sin importarme la calidad de la prosa ni el sentido y concatenación de las palabras. Porque son una parte de mí que muere contigo, que se ha ido.

"La noche se llena de canto, los gatos maúllan en la calle negra y no les contesto, no quiero que sepan que ya no volverás. Te están llamando y gritan tu nombre, desesperados, sin esperanza.

Que frío el cristal que nos separa, que maldito el frío que te asalta, no puedo pararlo, te llena y te lleva lejos de mí. Ahora todo está helado en la mañana y en el costado siento el trozo que me han cortado, llevándose con un puñal congelado tu risa, tu amor, tu tierna compañía.

Tu último aliento es una risa que se ha quedado, tatuada, impresa en mi, como promesa para el recuerdo.

La impronta de tu boca en la mía, la puñalada de tus ojos mientras me regalas tu alegría. ¡Qué dulce tu recuerdo, que amargo este día!. Ya no hay tiempos contigo, ni dientes romos que se desvanecen como Chesire.

Y siguen los gatos en el asfalto, con la mirada en mi ventana, reclamando la tuya. ¡Ay! me preguntan por ti ¿dónde has ido? ¡Qué maldito el frío que nos separa! ¿Dónde está tu piel fina, suave, dónde tu abrazo, dónde tu alma arrancada de la mía?.

Sueño contigo y tu felicidad me acaricia al despertar, como un aroma sencillo y liviano que envuelve mi almohada, y ya no tengo tu vida y tu compañía, solo el deseo de estar contigo, estés donde estés."

Iluminada Moreno dejó este mundo un 28 de mayo de 2014, llevándose todo el amor del mundo que su marido, hijos y nietos supieron darle, siendo en esta vida, la persona más alegre y risueña que jamás he conocido.

En un ratito estoy contigo mamá, no te duermas.